Si analizamos profundamente el cine clásico, podemos observar que, aún con la ausencia de los dichosos efectos especiales, que el público actual adora, las películas eran de una calidad bastante alta en cuanto al guión se refiere. Actualmente estamos en una época en la que las ideas escasean entre los guionistas y directores, especialmente los de Hollywood, y las pocas ideas buenas que surgen acaban por no salir debido a los “gustos basura” del público actual, a la piratería y, en menor medida, al descenso de la popularidad del cine respecto a otras formas de entretenimiento, como los videojuegos o simplemente la televisión. La mayoría de las películas que se han estrenado en estos diez últimos años, han sido películas totalmente frías y vacías en las que el guión no existe y abundan los efectos especiales. Esto, en pequeñas dosis, puede ser agradable e incluso entretenido, pero recibir tal cantidad de basura, como estamos recibiendo ahora, puede ser letal para nuestras neuronas y, si vemos la película en el cine, para nuestros tímpanos.
En el cine actual, podemos encontrar un gran repertorio de las llamadas superproducciones, en las que se gastan enormes cantidades de dinero para tener los mejores efectos especiales. Otro tipo de películas que actualmente podemos encontrar son los Remakes, llamados también “como no se me ocurre hacer nada nuevo, vuelvo a rodarlo”. Bien, estas películas son exactamente la misma película que la original pero añadiendo los efectos especiales, que aparentemente son tan necesarios para "mejorar" una película. Otros directores optan por el fenómeno de la pre cuela-secuela. Se trata de un montón de películas que se orientan dentro del guión original siendo hechos que se producen antes que en la original (precuela) o después (secuela). Estas películas suelen ser de una calidad ínfima, ya que la original suele ser bastante mala o simplemente no necesita ninguna continuación. También hay que mencionar la actual moda, que nos lleva a que, si una película es muy buena pero no es estadounidense, se compran los derechos y se vuelve a rodar con actores estadounidenses. Y lo último de lo último, el cine en 3D, el único remedio temporal para llamar a las butacas a filas y filas de espectadores con el objetivo de romperte la cabeza (y el bolsillo, que no veas como sube el precio de la entrada) a base de efectos dejando todo lo demás a un lado y mostrandote simplemente una sucesión de imágenes unidas con un delgado hilo narrativo. Este es el mejor remedio (temporal por supuesto) que las productoras han encontrado en su lucha contra la pirateria.
Si echamos la vista atrás, podemos ver películas que se hacían con buenas intenciones, con afán de prestigio y de hacer una buena película. Actualmente llegamos al punto donde lo que importa es cuánto dinero me puedo llevar pensando lo mínimo, donde las películas cuentan con un guión no mucho más grande que el cerebro del que lo ha escrito. Además, parte de esta culpa también la tiene el público, ya que parece que estamos en una época en la que pensar requiere un esfuerzo supremo y se prefiere una película donde todo está claro y termina bien, ya que para sufrir está la vida. Consecuentemente, las buenas películas, que fugazmente aparecen por las taquillas, desaparecen casi al instante, pues nadie va a verlas. ¿Será este el fin del cine? Todo se verá, solo hay que darle tiempo al tiempo…
Pese a todo esto, siempre quedan bastantes excepciones, y en los últimos años están apareciendo buenas películas del continente europeo, donde los gastos son menores y los directores se centran en lo que de verdad importa, el guión. Por ello no todo es negro y si apoyamos estas películas tal vez sobrevivan lo suficiente para ver de nuevo su esplendor.
Solo me queda esperar que los cinéfilos como yo no perdamos nuestra fuente más preciada de entretenimiento y cultura: El Cine
Dante